sábado, 27 de agosto de 2016

Bacalao a la María Félix: El ogro de Zeralda

Araya Goitia, editora y mánager de derechos de Ediciones Ekaré, comparte su suculenta experiencia como traductora de El ogro de Zeralda (Le géant de Zeralda, en francés y Zeraldas Riese en alemán), del escritor e ilustrador Tomi Ungerer






Ser lector de Tomi Ungerer es saber huir de la complacencia. Hay que abrazar su humor sórdido e inteligente, desde la representación de un apartheid entre perros y gatos (Flix), hasta el absurdo romance de un viudo en Das biest des Monsieur Racine. Sus libros son tanto para niños como para adultos, y jamás se agotan en la primera lectura. Por todo esto, cuando Ediciones Ekaré decidió publicar al castellano El ogro de Zeralda [Zeraldas Riese], yo ya era una devota irremediable de Ungerer y de su obra revolucionaria.



No tenía una formación como traductora, pero tenía varias ideas acerca del mundo que Ungerer buscaba representar, y contaba con experiencia en la planta editorial de Ekaré donde cada traducción es cuidadosamente seleccionada y mimada por un grupo de editores: mis maestros. Juntos, trabajamos la historia de la magnífica heroína culinaria, y de su encuentro con el hambriento ogro.

En el original, el tono y las palabras escogidas parodiaban aquellos tradicionales cuentos de hadas donde las doncellas eran raptadas por terribles ogros y posteriormente encerradas en altos castillos. Así que para la traducción continuamos este espíritu, salpicado aquí y allá de esa profunda malicia de Ungerer.


Lo más divertido fue quizás la sección "gastronómica", tanto más oscura porque ya sabemos que era todo para aplacar el hambre antropófaga del ogro. Fue muy interesante buscar las traducciones de los sabrosos platillos que preparaba Zeralda y sus referentes en el mundo hispanohablante. En la famosa doble página donde se exhibe un menú, Ungerer incluyó ciertos guiños al viejo vicio caníbal: "Pavo a la Señorita", "Pequeños bizcochos y panecillos tiernos" y un plato de difícil traducción: "Pompano Sarah Bernhardt". 





Ahora, a todos nos desternillaba que un plato de pescado se llamara como una de las actrices más grandes de todos los tiempos, y esta debió ser la intención de Ungerer. También sabíamos que esta referencia de Sarah Bernhardt podía resultar difícil para España y Latinoamérica. Así que acordamos buscar a alguien que tuviera una fama y porte similar. Tras barajar algunas misteriosas candidatas, bautizamos al plato en cuestión "Bacalao a la María Félix". Esta actriz de la Era de Oro del cine Mexicano, al igual que Bernhardt en su momento, interpretó varios de los papeles más grandes de su época y fue adorada por el público y la prensa. Por todas estas razones, María Félix se ganó el "bacalao" de Sarah Bernhardt, y Zeralda se ganó el corazón y el estómago (sobre todo el estómago) del ogro.


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